1. Primero me dio .3 (ya estaba yo toda feliz), luego .6, luego .8, luego .3 otra vez... Así que nos quedamos con un término medio.
2. No comí ni hice ejercicio.
3. Comeré (que ahora ya es tarde para desayunar) e iré al cine (mira tú cuanto ejercicio!) No me desvié. Me estoy volviendo buena en las predicciones!
4. Después de comer, me pesaré, pero seguro que peso más. 84.
Pasé el examen!
Al final me lleva y trae Riley del cine. Probablemete hagamos algo al terminar, o sea que no creo que pueda ir a cenar con Lynne y Don. La próxima semana será.
Estoy en 83,6 es decir, ¡a sólo 300 gramos de lo que me corresponde estar el próximo sábado!. ¡Muy bien! ¡Genial!
Espero pasar muy buen rato con mi amiga Riley
Ya que mi padre también está con su régimen para tratar de mantenerse en 73 kilos (o incluso bajarlos algo), estoy pensando en hacer alguna apuesta con él, sobre todo para motivarme más. Bueneo, dependerá de mi estado de ánimo y según me parezca le propondré alguna apuesta, aunque sin darle ninguna ventaja ¡faltaría más!. Debo proponérselo yo a él cuando me encuentre con ganas, porque así soy yo quien lo emplazo a él, mientras que así él será el emplazado. Será como quedar en un sitio a una hora: quien llega a la hora o incluso un poco antes para estar primero, es el que tiene toda la ventaja tanto para proponer una diversión como para cualquier otra cosa, pues tiene un tiempo para pensar, sin agobios, y reconocer el terreno, y además no tiene que pensar ninguna disculpa ni nadie le puede exigir explicaciones de por qué no llegó a la hora comprometida.
Bueno, adiós, adiós guapos!
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