Este blog lo empiezo hoy, por mi propia iniciativa, pero aconsejada por lo que mi padre siempre me dijo: escribe, escribe, escribe siempre lo que piensas, que eso te ayuda a pensar mejor, a ver las palabras con tus propios ojos y, sobre todo a ordenar lo que piensas y así te será mucho más fácil lograrlo.
Pues nada, a hacerle caso y a comenzar:
Pienso, más bien deseo, regresar a España con 73 kilos. Cuando salí de España estaba en 83-84 kilos. Cuando llegué a mi casa en KY, pesaba 86 kilos. Hoy peso 86 kilos. Y sigo midiendo lo mismo, vamos, que no he crecido nada a lo largo: sólo a lo ancho.
Y me niego a crecer sólo a lo ancho. Y además le voy a poner solución, ahora, sin importar que esté en USA o en otro sitio del mundo. Sin importar que la dieta que está a mi disposición diariamente sea más o menos rica en calorías y sin importar que esté más o menos ocupada con múltiples exámenes y sobre todo con múltiples tareas en los numerosos clubs en que, super gustosa, estoy.
Así, que para adelante.
Bueno, tengo que decir que tengo un ejemplo muy próximo a seguir en eso de adelgazar y es el de mi padre, que con 48 años y tras ir engordando desde que se fue a la universidad hasta su plenitud perimetral a razón de 1 kg por año, llegando a 103 kilos en mayo del año pasado y hoy mismo me dijo que había llegado a pesar 72 kilos. ¡31 kilos menos en medio año!
Bueno, con el ejemplo de mi padre tan próximo y con los rollos que me tiene soltado, malo será que no pueda perfeccionar su método (que por cierto es muy a su modo) y hacer que tanto él como yo nos sintamos orgullosos de tal logro.
Así que ¡adelante! y ¡a ver qué ocurre!
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